WASHINGTON.- Estados Unidos avanza para olvidar de uno de los episodios más bochornosos de su historia.
Las autoridades han empezado a retirar las vallas y barricadas que rodean el Capitolio de Washington, seis meses después de la insurrección alentada por Donald Trump que costó la vida a cuatro personas.
El congresista demócrata Bennie Thompson esta al frente del comité que investiga los hechos: «Espero que las personas que tomaron esa decisión sean capaces de convencer a los miembros del Congreso y hasta cierto punto a las personas que trabajan en el edificio de que cualquier peligro que ocurrió con el 6 de enero ha disminuido. […] Escuché directamente del FBI que, basándose en las estadísticas, el elemento de la derecha radical en este país superaba con creces cualquier otra amenaza. Eso, unido a lo que ocurrió el 6 de enero, me dice que la importancia del trabajo de este comité es lo más importante que puede llegar a ser.»
El seis de enero de este año una turba de seguidores de Trump irrumpió en el Capitolio durante la sesión para certificar los votos que habían dado la victoria a Joe Biden.
El magnate había denunciado sin prueba alguna que se había producido un fraude en las elecciones de noviembre.
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