¿Qué papel jugará el presidente de la Corte Suprema en el juicio político a Trump?

Roberts, quien fue nominado al cargo en 2005 por el presidente George W. Bush, se ha definido como un juez apolítico, por lo que se espera que juegue un papel modesto en el juicio de destitución.

WASHINGTON D.C. — El presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, John Roberts, se juramenta el jueves como supervisor del juicio político contra el presidente Donald Trump.

Roberts, quien fue nominado al cargo en 2005 por el presidente George W. Bush, se ha definido como un juez apolítico, por lo que se espera que juegue un papel modesto en el juicio de destitución.

“Los jueces no son politicos que pueden prometer hacer ciertas cosas a cambio de votos. No tengo una agenda, pero tengo un compromiso. Si me confirman, enfrentaré cada caso con mente abierta”, dijo Roberts al Congreso en su audiencia de confirmación.

Para Bill Teanor, decano del Centro de Derecho de la Universidad de Georgetown, en su papel como presidente de la Corte, Roberts “se ha concentrado sobre todo en ser alguien comprometido con el orden de la ley. Alguien que es apolítico”, dijo el abogado a Reuters.

Las reglas del proceso de juicio político le dan al oficial que preside el poder para decidir sobre “todas las cuestiones de evidencia”, preguntas específicas de los senadores hacia los testigos o la defensa y sobre las mociones.

Sin embargo, el Senado puede rechazar cualquiera de sus decisiones con un voto de la mayoría.

Las leyes permiten que el juez remita las preguntas a voto del Senado, sin que el tenga que tomar un veredicto, lo que le permite esquivar acusaciones de parcialidad por parte de los legisladores

La pregunta es si Roberts decidirá asumir un papel más o menos activo en el juicio.

Precedentes

El Senado de EE.UU. solo ha llevado a cabo dos juicios políticos en su historia: en 1868 al presidente Andrew Johnson y a Bill Clinton en 1998.

El juez que presidió el proceso contra Johnson, Salmon Chase, decidió involucrarse de manera active en el juicio, decidiendo sobre la evidencia y el alcance de los testimonios. Chase incluso decidió que tendría el poder de emitir un voto decisivo en el Senado.

En contraste, la postura de el juez William Rehnquist, quien presidió el juicio a Bill Clinton, fue mantenerse al margen. El entonces presidente de la Corte permitió al Senado tomar las riendas del juicio, negándose a dar un veredicto sobre los temas controvertidos.

Roberts prácticamente no tiene experiencia en la ejecución de un juicio, a diferencia de los procedimientos de apelación en la Corte Suprema, y la mecánica del juicio aún no está clara. Rehnquist tenía a su principal ayudante en la corte, James Duff, y al menos un asistente legal a la mano. Consultó regularmente con el parlamentario del Senado antes de anunciar fallos.

Críticas por parte de Trump

A pesar de que Roberts fue nombrado por un gobierno republicano, ha tenido varios desacuerdos con el presidente Donald Trump. El año pasado, el juez respondió a un comentario del presidente en el que llamaba a un juez federal que falló en contra de su gobierno como un “juez de Obama”.

“No tenemos jueces de Obama o de Trump (…) tenemos un grupo extraordinario de jueces dedicados (…) la independencia del poder judicial es algo de lo que todos deberíamos estar agradecidos”, dijo Roberts en un comunicado.

Durante su campaña presidencial en el 2016, Trump criticó directamente a Roberts por su voto respecto a la ley de salud pública. “El juez Roberts nos ha decepcionado”, dijo Trump en ese entonces.

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