Crecen las sospechas sobre el abogado de Donald Trump

Entre las empresas que habrían alimentado la cuenta bancaria de Cohen figuran la farmacéutico suiza Novartis, el operador de telecomunicaciones AT&T, la constructora sudcoreana de aviones Korea Aerospace Industries y la firma de inversiones con base en Nueva York, Columbus Nova.

Entre las empresas que habrían alimentado la cuenta bancaria de Cohen figuran la farmacéutico suiza Novartis, el operador de telecomunicaciones AT&T, la constructora sudcoreana de aviones Korea Aerospace Industries y la firma de inversiones con base en Nueva York, Columbus Nova.


 

El abogado personal de Donald Trump, Michael Cohen, enfrenta crecientes cuestionamientos tras revelarse que cobró millones de dólares de un magnate ruso y de empresas que buscaban una vía de acceso privilegiada a la Casa Blanca.

Los movimientos bancarios de la cuenta de Cohen, revelados por el Michael Avenatti, abogado de la actriz porno Stormy Daniels, y las confirmaciones de las empresas que hicieron los pagos muestran a Cohen como una persona que se promocionaba como un “fixer” —un sacador—, con acceso directo al presidente, y que incluso mostraba a sus potenciales clientes fotos suyas junto al presidente.

El presidente Trump ha dicho que no sabe nada sobre los negocios de Cohen, aunque reconoció que le representó en el tema del pago a Daniels.

Entre las empresas que habrían alimentado la cuenta bancaria de Cohen figuran la farmacéutico suiza Novartis, el operador de telecomunicaciones AT&T, la constructora sudcoreana de aviones Korea Aerospace Industries y la firma de inversiones con base en Nueva York, Columbus Nova, de propietarios y gerentes estadounidenses, pero controlada por el hombre de negocios cercano al Kremlin, Viktor Vekselberg.

Según Avenatti, Cohen recibió $500.000 dólares de Columbus Nova, rama estadounidense del grupo ruso Renova dirigido por Vekselberg, uno de los magnates allegados al presidente Vladimir Putin sancionados en abril por Washington en respuesta al envenenamiento de un exespía ruso en Londres.

Vekselberg estuvo presente en la ceremonia de investidura de Trump, cuyo equipo de campaña está sospechado de haber coludido con Moscú para incidir en las presidenciales.

Los pagos fueron dirigidos a una empresa fantasma fundada por el abogado, que sin ser ilegal, le servía para canalizar dichos pagos.

La Casa Blanca minimizó el miércoles el alcance de estas revelaciones.

“No escuché al presidente expresar preocupaciones al respecto”, dijo la portavoz de la presidencia Sarah Huckabee Sanders.

También dijo ignorar si algunas decisiones del gobierno habían beneficiado a empresas que pagaron a Cohen por sus servicios.

Cohen, de 51 años, quien ya está bajo investigación penal, quedó bajo los focos fundamentalmente por haber comprado el silencio de Stormy Daniels, la estrella porno que afirma haber mantenido un romance con Trump.

Se sabe que el FBI lo tiene en su mira en el marco de las investigaciones dirigidas por el fiscal especial Robert Mueller sobre injerencia política rusa, pero se ignoran las razones precisas de ese interés.

El bufete del abogado en Nueva York fue allanado en abril y la policía incautó allí abundante documentación posiblemente vinculada al pago a Stormy Daniels revelado por el abogado de la actriz, Michael Avenatti.

El dinero fue a parar a la consultora Essential Consultants, creada en octubre de 2016 y gracias a la cual Cohen pagó $130.000 dólares a Daniels, luego reembolsados por Donald Trump.

Al menos 4,4 millones de dólares pasaron por las cajas de Essential Consultants entre los meses previos a la elección presidencial de noviembre de 2016 y enero de 2018.

AT&T reconoció el martes que contrató a Cohen a comienzos de 2017 para tener informaciones privilegiadas sobre el funcionamiento de la Casa Blanca.

La empresa busca adquirir el grupo mediático Time Warner, una operación a la que se opone el gobierno estadounidense.

Novartis Investments admitió a su vez haber efectuado cuatro pagos de $99.980 dólares a Essential Consultants en función de un contrato firmado en febrero de 2017.

“Tras el cambio de gobierno, Novartis consideró que Michael Cohen podía aconsejar a la empresa sobre la manera en que el gobierno de Trump abordaría algunos aspectos de la política de salud”, explicó el grupo farmacéutico.

Señaló no obstante que luego se dio cuenta que Cohen no podía llenar esa expectativa.

Avenatti acusa al abogado personal de Trump de haber cobrado dinero de manera indebida a cambio de contrapartidas.

“Michael Cohen no debería comercializar el acceso al presidente de Estados Unidos”, dijo a CNN.

“Este parece ser el escenario típico del acto de soborno, en el que tienes a una persona cercana a un político, en este caso el presidente de Estados Unidos, lo cual es muy raro, que vende un contacto potencial”, dijo Avenatti.

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