El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reveló el lunes su esperado plan de 1,5 billones de dólares para renovar la arruinada infraestructura del país, se reunió con funcionarios estatales y locales para discutir la iniciativa.
Trump dijo que el plan apunta a convertir $ 200 mil millones en fondos federales y otros $ 1,3 billones o más en inversiones estatales y corporativas en un plan de 10 años para reparar las carreteras, puentes, ferrocarriles y otras infraestructuras de Estados Unidos.
Anteriormente, el líder estadounidense dijo en un comentario en Twitter: “Esta será una gran semana para (la) Infraestructura. Después de gastar tan estúpidamente $ 7 billones en Medio Oriente, ¡es hora de comenzar a invertir en NUESTRO PAÍS!”.
This will be a big week for Infrastructure. After so stupidly spending $7 trillion in the Middle East, it is now time to start investing in OUR Country!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 12, 2018
Trump concordó en la reunión de la Casa Blanca con funcionarios de todo el país que el gasto militar de los EE. UU. En Medio Oriente había dejado la región “peor de lo que era hace 17 años cuando ingresamos”.
Señaló tambié que “los retornos de las inversiones (desde los nuevos gastos de infraestructura) a los estados serán increíbles.
“Construiremos. Lo mantendremos”, dijo Trump. “Nuestras carreteras están en mal estado. Nos modernizaremos”.
Prometió que el proceso de permisos para la construcción se reduciría “de 10 años a dos años o tal vez un año. Washington será su socio”.
Los $ 200 mil millones en fondos federales en la próxima década provendrían de recortes a los programas existentes, una suma que Trump ha concedido que “no es una gran cantidad”. De eso, la mitad se gastaría en un programa de incentivos para igualar los fondos de los gobiernos estatales y locales.
Cerca de $ 50 mil millones se destinarían a proyectos rurales en forma de subvenciones en bloque a los estados.
Otros $ 20 mil millones se destinarán a “programas transformadores” destinados a proyectos nuevos e innovadores, con $ 20 mil millones para expansión de programas de préstamos y bonos de actividades privadas y los $ 10 mil millones finales para un “fondo de financiamiento de capital”.
Que el Congreso apruebe el plan de Trump es incierto.
Algunos legisladores republicanos ya expresan su oposición al costo general del plan, además de los recortes tributarios recientemente adoptados y el aumento de los gastos en los próximos dos años que ya se están agregando a los 20,6 billones de dólares en deuda a largo plazo del país.
Mientras tanto, algunos demócratas se han opuesto a la contribución federal relativamente pequeña al plan en comparación con la cantidad que Trump solicita a los gobiernos y corporaciones estatales.
Shelley Poticha, del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, dijo: “La propuesta de infraestructura del presidente Trump es un desastre. No ofrece la inversión necesaria para llevar a nuestro país al siglo XXI. Peor aún, su plan incluye un obsequio empresarial inaceptable al truncar revisiones del medio ambiente’.
