Carrera contrarreloj para localizar el submarino argentino

El clima amigable en el Atlántico Sur mejoraba el martes las perspectivas de hallar al submarino argentino desaparecido hace seis días, en medio de una desesperada búsqueda por aire y por mar para encontrar con vida a sus 44 tripulantes.

La esperanza va de la mano de los temores de que la nave se encuentre sumergida, porque se desconoce cuánto tiempo podría durar el oxígeno en la nave en caso de que no haya podido renovar el aire.

“Hoy es un día clave”, dijo María Victoria Morales, madre del tripulante Luis García —un electricista—, en el balneario argentino de Mar del Plata, donde está la base naval hacia la que se dirigía el submarino tras partir de Ushuaia, la ciudad más austral del mundo.

“Sabemos que son profesionales de primera, estamos esperanzados”, añadió desde la base donde espera junto con las demás familias.

Los meteorólogos esperaban olas de alrededor de dos metros en el área de búsqueda del submarino ARA San Juan, en el Mar Argentino, muy inferiores a las de ocho metros registradas el fin de semana.

Hasta ahora el operativo, que involucra a una docena de aviones y barcos de Argentina, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y Chile, ha cubierto cerca del 80 por ciento del área en la que se prevé que el submarino podría estar tras sufrir un problema eléctrico.

La búsqueda del submarino, que no se sabe si está en la superficie o bajo el mar, se ha ralentizado en los últimos días por el fuerte viento y las tormentas, por lo que ahora se espera una aceleración del operativo.

“Confiamos que los buques designados en cada una de las áreas puedan hacer un patrullado marítimo efectivo y no estén capeando el temporal como lo estuvieron haciendo los últimos días”, dijo por la noche del lunes Enrique Balbi, portavoz de la Armada argentina.

La Armada dijo en la noche del lunes que los buques Skandi Patagonia y Sophie Siem -de la empresa Total- llegaron a Comodoro Rivadavia, en la Patagonia, para trasladar a la zona de búsqueda un vehículo de rescate operado remotamente, un mini-submarino y una campana de rescate que envió Estados Unidos.

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