Varamiento de ballenas en Nueva Zelanda

Más de 400 ballenas vararon en un balneario de Nueva Zelanda, el 70% de los mamíferos no lograron sobrevivir la primera noche, más de 300 animales han muerto en la playa.

Unas 416 ballenas piloto vararon en un cordón litoral arenoso llamado Farewell Spit, en Nueva Zelanda, convirtiéndose en el tercer mayor varamiento masivo de la historia del país oceánico.

Más del 70% de las ballenas no logró sobrevivir la primera noche, y varios habitantes de los pueblos cercanos fueron a la playa a tratar de rescatar a los mamíferos que siguen vivos.

Los especialistas desconocen los motivos del actuar de las ballenas, y realizaron un llamado a los casi 500 voluntarios que trabajan en el lugar para que mantengan vivas a las ballenas restantes hasta la próxima marea alta.

Son animales sociales y familiares que viven en manadas de entre 20 y 100 miembros que se protegen unos a otros y siempre están juntos. Eso hace que, a menudo, todos acaben varados solidariamente.

Son animales sociales y familiares que viven en manadas de entre 20 y 100 miembros que se protegen unos a otros y siempre están juntos. Eso hace que, a menudo, todos acaben varados solidariamente.

Según se confirmó, más de 310 ya han muerto en lo que se considera el peor evento de desorientación de ballenas desde 1985. Sin embargo, todos luchan por devolver al océano a las 90 restantes.

Según el último informe del Departamento de Conservación de Nueva Zelanda, en este momento se está esperando la siguiente marea alta para hacer un nuevo operativo. Y se tomando todas las precauciones del caso, pues rescatar ballenas es una tarea compleja y hasta peligrosa.

Decenas de voluntarios, biólogos y autoridades de Nueva Zelanda trabajan para rescatar a las ballenas piloto que encallaron la noche del 10 de febrero en el extremo norte de ese país.

Decenas de voluntarios, biólogos y autoridades de Nueva Zelanda trabajan para rescatar a las ballenas piloto que encallaron la noche del 10 de febrero en el extremo norte de ese país.

Entre otras cosas, explican, “se debe tratar de humedecer a los animales sin estresarlos, cada movimiento y cercanía debe realizarse con mucha precaución pues un movimiento brusco de un voluntario puede provocar un accidente involuntario y dejar personas heridas como saldo”.

Además, las ballenas pueden transmitir algunas enfermedades, por lo que hay que evitar el contacto con sus fluidos corporales o con las salpicaduras que provocan al respirar.

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