El vicealmirante Robert Harward, el hombre que presuntamente ha escogido el presidente estadounidense Donald Trump para llenar la vacante de consejero de seguridad nacional, es un ex SEAL de la Armada que fue a la escuela secundaria en Irán y habla fluidamente el farsí.
Harward es muy respetado en la comunidad de seguridad nacional. Tiene estrechos vínculos con el secretario de Defensa, Jim Mattis. Sirvieron juntos durante el tiempo de Harward como comandante adjunto del Comando Central, que supervisa las fuerzas estadounidenses en el Medio Oriente.
Harward, de 60 años, quien se retiró del ejército en 2013, trabaja actualmente como ejecutivo en Lockheed Martin, la fabricante de armas y tecnología aeroespacial, donde se dedica a atender a los Emiratos Árabes Unidos.
La Casa Blanca no ha anunciado públicamente su nombramiento, ni se sabe si Harward ha aceptado el cargo, el cual no está sujeto a la confirmación del Senado.
De confirmarse, Harward reemplazará al general jubilado Michael Flynn, quien dejó su cargo esta semana después de ocultar a funcionarios de la Casa Blanca sus contactos con funcionarios rusos durante el período de transición presidencial.
El mandato de Flynn como asesor de seguridad nacional fue el más corto de la historia — menos de un mes—pero suficiente para provocar variadas reacciones en su contra en Washington.
Harward, por el contrario, es respetado en ambos lados del espectro político.
Harward cursó la escuela secundaria en Irán antes de la revolución islámica de 1979 que expulsó del poder al Sha pro-americano, Mohammad Reza Pahlev. Su padre era un capitán de la Marina de Estados Unidos, que asesoró al ejército iraní.
Como asesor de seguridad nacional, sería responsable de ayudar al presidente a coordinar la política sobre los programas nucleares y de misiles de Irán, así como responder a la creciente influencia regional de Teherán.
Harward tiene experiencia previa en la Casa Blanca. Trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional bajo el ex presidente George W. Bush, donde se centró en el contraterrorismo.
VOA
