El Salvador: Inusual alianza para segunda vuelta

SAN SALVADOR, El Salvador.- La estrategia más visible del excomandante guerrillero Salvador Sánchez Cerén, del oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), para ganar las elecciones y lograr un segundo período de gobierno para la izquierda será consolidar alianzas con otros grupos políticos.

Estas alianzas se podrían concretar incluso con enemigos políticos del pasado. Sánchez Cerén invitó al ex presidente conservador Tony Saca a sumarse a su candidatura para la segunda vuelta electoral.

“Vamos a construir entendimiento, nuevas alianzas y vamos a duplicar la ventaja en la segunda vuelta, ya no serán 10 puntos de ventaja, será el doble”, dijo Sánchez Cerén al declararse ganador de los comicios.

“Quiero decirle a nuestro pueblo que vamos a trabajar para unirnos más y sé que todos aquellos que nos dieron su voto lo van a repetir. Le digo al ex presidente Saca y al Movimiento Unidad que en esta segunda vuelta vamos a trabajar con ustedes para unirnos”, agregó.

No se conoció de inmediato una respuesta de Saca a esta invitación. El expresidente fue expulsado del partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), de centroderecha, tras perder las elecciones de 2009, y su antiguo partido lo ha acusado de corrupto.

El anunció de Sánchez Cerén no sorprendió al exguerrillero Dagoberto Gutiérrez, ahora profesor en la Universidad Luterana.

“El FMLN y Arena son como un espejo”, dijo Gutiérrez, quien acusó a sus antiguos camaradas de haberse convertido “en una nueva derecha”.

Gutiérrez se desligó de sus antiguos camaradas durante la guerra civil después de firmarse los Acuerdos de Paz en enero de 1992. La guerra de 12 años dejó 76.000 muertos y más de 12.000 desaparecidos.

El Frente sólo ha gobernado un período y los críticos del presidente Mauricio Funes dicen que hizo poco por dinamizar una economía ralentizada y para reducir la violencia de las pandillas.

Al analizar la situación económica del país, el director ejecutivo de la Fundación Nacional para el Desarrollo, Roberto Rubio, dijo a The Associated Press que El Salvador “está bastante mal, pero no está en una situación de crisis”. Advirtió que al asumir el cargo, el nuevo presidente “enfrentará problemas de caja, la deuda vinculada a las pensiones, la alarmante delincuencia vinculada con las pandillas y el reto de reactivar la economía”.

Señaló el serio problema del desempleo, que obliga a miles de salvadoreños a abandonar su país en busca de mejores condiciones de vida.

Afirmó que unas de las fallas de la gestión de Funes es que no pudo eliminar los problemas estructurales del país, “pero no sólo no los eliminó, sino que los profundizó”.

Por su parte, el candidato de Arena, pese a quedar en segunda posición, afirmó que su partido no ha sido derrotado y “ahora estamos iniciando una nueva lucha”.

Mostrando optimismo y seguridad, Quijano llamó al electorado indeciso y a los que no acudieron a las urnas a ejercer el derecho al voto y que los apoyen en la segunda vuelta.

Quijano dijo que el poco apoyo que recibió su candidatura en las urnas se debió al “derroche” de recursos del Frente con fondos provenientes de ALBA Petróleos y del gobierno del presidente Mauricio Funes.

Dirigentes del FMLN están ligados a ALBA Petróleos, una empresa de capital mixto que ha incursionado en el mercado en mucho más que la venta de gasolina y combustible diésel, y que ahora mueve miles de millones de dólares con diversas empresas.

ALBA Petróleos se creó en 2006 con el aporte económico de una veintena de alcaldías del FMLN y la participación mayoritaria de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).

Según la investigadora Jeannette Aguilar, del Instituto Universitario de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, la campaña de ALBA no es sólo publicitaria, mediática, “sino la base para establecer redes clientelares que logran captar el voto de sectores desfavorecidos económicamente y que logran engancharse mediante ayuda, becas, con opción partidaria”.

Quijano también deploró supuestas acciones de las pandillas, que según él les quitaron el documento de identificación a ciudadanos que iban a votar a su favor.

Los pandilleros, supuestamente aliados con el gobierno, “intimidaron a simpatizantes del partido, impidiéndoles ejercer el sufragio”, agregó el vicepresidente de Ideología de Arena, Ernesto Muyshondt.

Pero ni la Fiscalía General de la República ni la policía han reportado que las pandillas impidieran la votación.

Diputados de Arena presentaron supuestas grabaciones de audio de investigaciones oficiales de la Fiscalía General de la República en que ex funcionarios del gobierno aseguran que Funes estaba enterado y avaló la negociación con las pandillas.

Sánchez Cerén ganó las elecciones del domingo, pero no alcanzó la mitad más uno de los votos y tendrá que enfrentarse en la segunda vuelta el 9 de marzo al derechista Norman Quijano.

Según el informe oficial preliminar publicado por el Tribunal Supremo Electoral, con 99,30% de las actas procesadas, el Frente tiene 48,92% de los votos, mientras que Quijano, de Arena, recibió 38,95%. Saca, postulado por una coalición de tres partidos conservadores aglutinados en el Movimiento Unidad, alcanzó 11,44% de los votos.

El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Eugenio Chicas, informó que faltan por procesar 72 actas que tuvieron algún tipo de problemas, que se revisarán al comenzar el martes el escrutinio final, pero señaló “que poco o nada puede variar el resultado”.

Según Fernando Argullo, magistrado del Tribunal Electoral, sólo 53,5% de los 4,9 millones de salvadoreños aptos para votar participaron en los comicios, una cifra inferior al 61% de la elección presidencial de 2009.

De: AP

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