El anfitrión de la recién concluida en La Habana cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fue el presidente Raúl Castro, pero su hermano, el exgobernante Fidel Castro, estuvo muy activo fuera del cónclave.
Medios de prensa de la isla difundieron fotografías y notas de Castro, de 87 años, cuando recibió a varios de los dignatarios y jefes de gobierno que asistieron a la reunión.
Entre ellos estuvieron los presidentes Rafael Correa (Ecuador); Daniel Ortega (Nicaragua) y Evo Morales (Bolivia), quienes según el diario Granma solicitaron “visitarlo juntos, dadas las relaciones tradicionales de amistad que existieron siempre entre nuestros pueblos y recordaron experiencias vividas en los años más duros”.
Castro, retirado del poder por enfermedad desde 2006, también recibió por separado al presidente de Uruguay, José Mujica, y al de México, Enrique Peña Nieto, quien declaró a la prensa sentirse emocionado de “saludar personalmente a quien sin lugar a duda es el líder político y moral de Cuba”.
En días previos a la cumbre, Castro también recibió al secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y se entrevistó además con las presidentas Dilma Rousseff (Brasil) y Cristina Fernández (Argentina), con quien almorzó.
También lo hizo con la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson Miller, y el presidente de Santa Lucía, Kenny Davis Anthony.
La cumbre reunió a 29 de los 33 mandatarios convocados por La Habana. Dos de los ausentes fueron el mandatario salvadoreño, Mauricio Funes, que se excusó por razones de salud, y el panameño, Ricardo Martinelli, quien rechazó la invitación aún molesto por el barco norcoreano con armas cubanas apresado el año pasado en el Canal de Panamá.
